Friday, April 13, 2007

regresoababylon



Ya estamos de regreso en babylon. Tal cual me acordaba desde la última vez que la vi, la bestia sigue intacta y quizás más feroz. La dieta no ha cambiado y sigue rejurgitando trabajadores explotados, estudiantes extraviados, hombres y mujeres desamparados en medio de la multitud y un millar más de personajes que sobreviven en medio del caos. A pesar de todo, hace tanto tiempo que nos conocemos que debo reconocer que me da gusto estar de vuelta en casa. Quizás sea sólo un dicho que el pasto del vecino siempre se ve más verde, pero hay veces en que al menos hay plantitas que se ven mucho mejor. En estos días he hablado con varios escapados. Todos coinciden en que estan mucho mejor y que jamás volverían a Santiago. En cada una de las reuniones vineras de las que he participado en estas semanas, parte importante de la reunión se va en criticar el devenir de la vida en Santiago. Y por supuesto que hay mucha razón en la rabia y las apreciaciones. Pero no vamos más allá. Todos despotrican. Tu, yo, la vieja de la tele, pero no muchos actuan por las vias más efectivas para generar cambio. Porque si hay algo en lo que si podemos coincidir es que esta ciudad necesita cambios, y varios. No está todo malo, tiene cosas maravillosas, le tenemos cariño, pero como es tanto el cariño, debemos ser honestos, frontales y coherentes. Cuantas movilizaciones por parte de los usuarios del Transantiago han existido? Aparte de ver a los pendejos jugando a ser terroristas de reality no he visto mucho más. Y es que seguimos resignados a obedecer el orden que llega de arriba. Nos acostumbramos a ser peones, a escuchar y obedecer sin protestar, a reclamar entre nosotros pero sonreirle a la autoridad por miedo a salir para atrás. Que pena. Cambiaremos algún día? Parece que no, por lo menos no en el corto plazo. Estamos bien, estamos felices, tenemos nuestras tarjetas de crédito, nuestro sueldo que nos da 4 dias de alegría cada fin de mes, tenemos a la marlencita por supuesto, para que más!!! Como decían los prisioneros hace 20 años: "lo estamos pasando muy bien! esto es magnífico!". Al parecer no estamos dispuestos a pelear en contra de la bestia y felices le entregaremos a nuestros hijos en sacrificio. A fin de cuentas a quién le importa realmente.